Poodle Skirt
¿Qué hacemos los humanos en tiempos de necesidad? Agudizar nuestra creatividad...
Esta es la historia de una actriz, Juli Lynne Charlot, quién tuvo que ir a una fiesta de Navidad sin tener dinero para un vestido y creó una de las prendas más icónicas de los 50, la "poodle skirt".
Con una pieza de fieltro, de la fábrica de su madre, lo suficientemente ancha para cortar un círculo completo, hizo una falda sin costuras y le añadió unas decoraciones de motivos navideños hechas con retales de fieltro. Tanto gustó la falda que Juli hizo tres más para una boutique de Beverly Hills las cuales fueron inmediatamente vendidas, así que la boutique le encargó más pero está vez con motivos de razas de perro pequeñas como datschunds y caniches que estaban viviendo una verdadera "dogmania" después de que las competiciones caninas empezaran a televisores.
Juli pudo fundar su propia compañía y, si bien no fue siempre fácil, encontró un inversor que apostó por ella y pudo expandir sus diseños a otras prendas siempre manteniendo el principio de que sus motivos decorativos explicaran una historia que fuera tema de conversación así que después de los motivos de perritos llegaron otros relacionados con la música, el entretenimiento y otros aspectos de la vida con encargos de boutiques y centros comerciales como Neiman Marcus.
La "poodle skirt" se hizo popular también porque era relativamente fácil de hacer en casa y muchas chicas jóvenes la llevaron convirtiéndola en el icono siempre presente cuando los 50 asoman en una película como la secuela de Barbie amd The Rockers, Barbie and The Sensations, en la que la banda entra en un agujero de gusano y aparece en los 50. Por supuesto Barbie llevaba para la ocasión una "poodle skirt" rosa con motivos música que cobraría vida en la línea de muñecas aunque no sería esa la única vez que veríamos a Barbie en una de esas... Fifties Fun, Barbie loves Elvis o el outfit de los 60 Friday Nite Date son algunos ejemplos.
Al final sean caprichosas decoraciones navideñas, un datschund o letras gritando "Elvis" desde lejos, la "poodle skirt" es sinónimo de algo encantador que a su vez es la representación de una década que podemos identificar tan sólo viendo esta prenda.
Esta es la historia de una actriz, Juli Lynne Charlot, quién tuvo que ir a una fiesta de Navidad sin tener dinero para un vestido y creó una de las prendas más icónicas de los 50, la "poodle skirt".
Con una pieza de fieltro, de la fábrica de su madre, lo suficientemente ancha para cortar un círculo completo, hizo una falda sin costuras y le añadió unas decoraciones de motivos navideños hechas con retales de fieltro. Tanto gustó la falda que Juli hizo tres más para una boutique de Beverly Hills las cuales fueron inmediatamente vendidas, así que la boutique le encargó más pero está vez con motivos de razas de perro pequeñas como datschunds y caniches que estaban viviendo una verdadera "dogmania" después de que las competiciones caninas empezaran a televisores.
Juli pudo fundar su propia compañía y, si bien no fue siempre fácil, encontró un inversor que apostó por ella y pudo expandir sus diseños a otras prendas siempre manteniendo el principio de que sus motivos decorativos explicaran una historia que fuera tema de conversación así que después de los motivos de perritos llegaron otros relacionados con la música, el entretenimiento y otros aspectos de la vida con encargos de boutiques y centros comerciales como Neiman Marcus.
La "poodle skirt" se hizo popular también porque era relativamente fácil de hacer en casa y muchas chicas jóvenes la llevaron convirtiéndola en el icono siempre presente cuando los 50 asoman en una película como la secuela de Barbie amd The Rockers, Barbie and The Sensations, en la que la banda entra en un agujero de gusano y aparece en los 50. Por supuesto Barbie llevaba para la ocasión una "poodle skirt" rosa con motivos música que cobraría vida en la línea de muñecas aunque no sería esa la única vez que veríamos a Barbie en una de esas... Fifties Fun, Barbie loves Elvis o el outfit de los 60 Friday Nite Date son algunos ejemplos.
Al final sean caprichosas decoraciones navideñas, un datschund o letras gritando "Elvis" desde lejos, la "poodle skirt" es sinónimo de algo encantador que a su vez es la representación de una década que podemos identificar tan sólo viendo esta prenda.