Palabra de honor


Los 30 fueron definitivamente los años "sin tirantes". En aquella década las más prestigiosas casas como Mainbocher hicieron tendencia del vestido palabra de honor pero se acredita a Libby Holman si no como la inventora si como la pionera de la tendencia por llevar este tipo de vestidos como seña distintiva. Suya es la primera imagen de una mujer en un vestido palabra de honor en 1932.

El look desnudo lo llamaron y nació para quedarse mucho tiempo y volver loco a todo el mundo para bien y para levantar la furia de los sectores más conservadores de la sociedad que acusaron al vestido palabra de honor de ser una prenda indecente, un invento del diablo creado en el infierno.

Y... mientras algunos estaban ocupados pensando que la prenda era fruto de una conspiración demoníaca, otros estaban en el cielo con Gilda, la icónica película cuya protagonista Rita Hayworth, como todos sabemos, creó un escándalo solamente sacándose un guante y enseñándole al mundo las maravillas que se podían hacer en un vestido palabra de honor de Jean Louis sin caerse en la que es considerada una de las mejores 10 momentos de moda del cine... "Nunca hubo una mujer como Gilda" ni tampoco como Amélie Avegno, la Madame X retratada por Sargent al principio de la Belle Époque cuyo vestido negro se supone que fue la inspiración de Jean Louis para Gilda. Pero mientras Gilda due adorada la reputación de Amélie Avegno fue destruida después de tan "escandaloso" retrato.

El vestido palabra de honor es todavía un estilo muy deseado con una leyenda detrás de su nombre. Algunos dicen que los hombres daban su "palabra de honor" a las mujeres de que no les pisarían el vestido, otros dicen que estaría asociado con el gesto que hacían las mujeres de ponerse la mano en el pecho para evitar que el vestido cayera y una tercera versión dice que una modelo tenía miedo de acabar con el vestido bajado y la modista le dió su "palabra de honor" de que el vestido no se le caería, aunque esta versión se alega también a una conversación entre Eva Perón, gran fan de estos vestidos, y Franco.

De todos modos, podríamos estar hablando de anécdotas del palabra de honor durante líneas y líneas y todavía tendríamos más de qué hablar porque el palabra de honor todavía está escribiendo su historia y quizás nunca deje de hacerlo.

by The Barbiest