¡Happy Holidays!


Cada vez nos acercamos más a Navidad y cada vez nos apetece más sacar nuestras Barbie Happy Holidays! Sus pomposos vestidos, su "big hair" y esos brillos hacen que sean el centro de atención de cualquier celebración.

La línea nació cuando a finales de los 80 John Ammerman, presidente de Mattel, tuvo la idea de hacer una muñeca Barbie que poder vender al público a unos 20$ ante la atónita mirada del resto de la directiva de Mattel. Él siempre había creído que había un mercado más allá de los 10$ así que las directrices que se les dieron a los diseñadores fueron claras, hacer la muñeca más elegante con el vestido más suntuoso y el packaging más espectacular que jamás se hubiera hecho y... fue un éxito.

Se lanzó para la Navidad del 88 en una edición limitada que apenas llegó a las estanterías de las tiendas pues se las repartieron entre los que antes tuvieron acceso a ella.

El "hype" estaba servido y también la reventa que hizo ver a Mattel el filón del mundo del coleccionista adulto y, casi sin quererlo, se convirtió en la primera línea de Barbie de colección y en el precedente de la línea Collector.

Cada año desde 1988 hasta 1998 se lanzó una edición especial Happy Holidays en un grande y suntuoso packaging y a partir de 1998 hasta nuestros días se les dieron otros nombres "Millenium Princess", "Holiday Celebration"... pero siempre con la misma premisa de lanzar una muñeca especial para celebrar la Navidad y que, aunque en los primeros dos años solo estaba disponible en versión rubia, a partir de 1990 se pudo encontrar año tras año también en versión afroamericana, incluso en piel blanca con cabello oscuro en algunas ediciones.

Si aún y así os gustaría colgarlas del árbol de Navidad decir que desde 1993 la marca Hallmark lanzó, con licencia de Mattel, todas las ediciones en formato "keepsake" mucho más pequeñas y manejables para ese fin.

Y es que más allá de la suntuosidad de estas muñecas son reflejo de una época, en muchos aspectos, igual de suntuosa que ellas y que, a los que fuimos niños entonces nos gusta recordar. Si crean impresión en un adulto...¡puede imaginarse la que nos causaban a los niños!

by The Barbiest