French Cancan

French Cancan

Viajemos a la Belle Époque y vayamos al Moulin Rouge en la última década del siglo XIX donde el Cancan era el baile estrella, Touluse Lautrec pintaba y otros artistas buscaban inspiración bebiendo absenta.

Y es que el ambiente de Montmartre, quizás fue un escándalo para la moral, no solo parisina, sinó de todo el final de la época victoriana, pero dió grandes obras y artistas a todos los niveles y encumbraría el Cancan para los años venideros.

Este baile tendría un origen, aparentemente, en la cuadrilla, un baile popular que se bailaba como fin de fiesta en los bailes sociales de mediados del siglo XIX y al que se empezaron a incorporar energéticos movimientos y patadas, primero en improvisaciones masculinas con movimientos que algunos atribuyen al cómico Charles Mazurier, y a las que luego se añadieron las mujeres.

El desenfreno del Cancan y sus piernas en alto que dejaban ver la vestimenta femenina de la clase trabajadora de la época que incluía enaguas, ligas y unos bombachos abiertos y "reveladores" como prenda interior, hicieron que se considerara inmoral por los sectores más estrictos, entre ellos la Iglesia Católica, e intentaron prohibir la práctica e incluso arrestar a sus practicantes pero, no sólo no consiguieron hacerlo desaparecer, sino que además hicieron que algunas mujeres lo consideraran liberador, y la fiebre del Cancan creció más implicando en sus pasos a personas de ambos sexos aunque, al final, tuvieron más éxito las bailarinas

Algunas de las mujeres vivieron y bailaron el proceso del Cancan como Celeste Mogador que, a su vez lo "adecentó" un poco para que fuera más aceptado, cosa que aumentó su popularidad desde mediados del siglo XIX. Otras como Louise Weber "la Goulue" (la golosa) o Jane Avril se hicieron famosas en el Moulin Rouge de finales del XIX gracias a la última versión del baile que las hizo ricas y, con el tiempo, las alejó de la vida de cortesana, en el sentido peyorativo de la palabra, pero que, en ocasiones, no evitó que murieran en la pobreza pese haber sido grandes protagonistas de carteles y pinturas de artistas como Pablo Picasso, Lautrec o Jules Chéret.

El Cancan, cuyo nombre significa bullicio o escándalo, seguía haciendo honor a su nombre y seguía siendo considerado eso, escandaloso, una amoralidad para los "estándares" de la estricta sociedas victoriana de finales de siglo XIX a quien no importó que su evolución lo hubiera llevado a algo menos "explícito" o que se llegara a profesionalizar y enseñar de la mano de Nini Pattes en l'Air quién fue la primera en crear escuela o que se utilizaran músicas de reputados compositores como el "Galop Infernal" de Orfeo en los Infiernos de Offenbach, pero el Cancan había llegado para trascender y lo hizo.

Con el nuevo siglo el Cancan fue incorporado a los espectáculos de los cabarets parisinos que en los años 20, como el Lido, ya ofrecían números coreografiados de varias bailarinas y se hacían giras dando a conocer el "French Cancan" al extranjero con bastante éxito. El siglo XX fue un siglo en el que pasaron muchas cosas que dejaron atrás la anticuada moral victoriana e hicieron que todo el mundo pueda disfrutar de semejante despliegue de elasticidad, talento y "joie de vivre"

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